domingo, 24 de enero de 2016

Cada año

es otra noche calurosa. Mi mamá me dice "ese día estaba igual, yo dormí tranquila en mi cama pero puta que hacía calor", "en la casa de Caldera?" le pregunto, a lo que asiente. Hacía calor, "igual que hoy día". No puedo recordar la casa de Caldera, solo se me vienen recuerdos inventados de fotos que he visto, y la fachada, por la cual pasé muchas veces estando ya más grande.

Calor en la casa de Copiapó, con la ventana mirando hacia el cerro. Calor en la casa blanca, con el viento circulando por el túnel y escuchando el ruido cercano de las olas rompiendo en la playa. Calor en Santiago? Calor en lugares que ya no recuerdo bien. Creo que la mayoría de mis cumpleaños eran un poco una decepción, porque siempre esperaba uno mejor que el anterior. Y cada año, cada noche calurosa, me sentía un poco peor.

Pero hoy es diferente, y no sé bien por qué. Estoy tranquila, quiero releer mi libro favorito y dormirme con el ruido de los tutoriales que encuentro en internet. No hay más para otra noche tan calurosa.

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