lunes, 3 de diciembre de 2012

Creo que Diciembre no es mi mes.

Empecé a escribir una entrada que rezaba en la primera línea "Aunque lo haga con una frecuencia casi ridícula, no me gusta llorar". Traté de seguirla, pero en realidad no llegó ninguna idea a buen puerto; más que nada, por que es mentira. Es verdad que me da un poco de vergüenza llorar al frente de las personas, y que cuando lloro sola en mi casa me da vergüenza pasar por al frente de espejos, y que cuando estoy llorando odio que me abracen, porque lloro más y me acaloro y me vuelvo una plasta de llanto, mocos, sudor de cara y pelo enredado. Sin embargo, en momentos como este, si no llorara, yo creo que simplemente ya estaría tirándome a las ruedas de alguna micro. Después de un día de ansiedad y angustia, después de quedarme viendo una película extraña en el I-Sat, de escuchar una lista de canciones romanticonas y deprimentes, y  de haber evitado cada estímulo físico que me haga sentir peor; después de todo, el llorar sola a destajo es terriblemente relajante. No como que sea algo exactamente bueno, pero siento como si ya hubiese llorado suficiente por hoy; puedo irme a dormir tranquila, con los ojos palpitantes y las piernas un poco adoloridas por el frío. No voy a tener malos sueños, no voy a despertarme a las 4 de la mañana. Solo voy a dormir y voy a amanecer con un leve dolor de cabeza, y voy a tener toda la angustia enterrada en las ojeras. Puede que mañana sea peor, pero aunque sea la noche no va a ser tan mala. 

Aún así. Si pudiera no repetirse un día como este, lo agradecería, a quién fuera que tuviera que darle las gracias. 

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