Me da nervio tomarle la mano así. Me da un poco de miedo, verla mirarme con los ojitos verdes brillantes, verla roja, verla emocionada, verla feliz... de verme a mí. No sé si me estoy poniendo vieja, o me gusta creerme más vieja de lo que soy. No puedo ser hogar de nadie. No voy a ser un puerto seguro, y es probable que lo que gane de mí sea más a porrazos que por que haya algo que podamos construir. Es muy cínico, sentir que ya sé todo lo que viene. Justo ayer le decía que no podía pretender conocer todo lo que los otros piensan y hacen, ni por qué hacen lo que hacen o piensan lo que piensan. No está en ella, ni en mí, ni en nadie. Pero no puedo evitar sentir que tengo esto entre las manos, que es como una pequeña oruguita que puedo destrozar con los dedos, y me da miedo moverme mucho por si llegara a hacerlo sin querer.
Cuando me dice que me quiere, una parte de mí se revuelve de emoción, y la otra... siente que se cae un poquito más cerca del suelo.
Suena demasiado a lo que me pasa en este momento. Qué pasó con esa oruga? :(
ResponderEliminarTuve que dejar de sostenerla en mis manos, pero ahora está bella y feliz. No tan cerca mío como quise en algún punto, pero aún así cerca, y eso me hace super feliz a mi también <3
EliminarMientras estes feliz
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