tenía agujas en la piel. agujas largas, plateadas y delgadas, atravesando mis piernas por toda la superficie de mi piel. las veía introducirse lentamente, como guiadas por una mano invisible, y tenía miedo de que a cada pestañeo tuviese más y más agujas sembradas en mí. sabía de quién era la culpa, sabía de quién tenía que huir, pero no podía, era más rápida, era más hábil, era distinta y podía atravesarme sin mayor esfuerzo. lo que viene a continuación, ocurre como en una veloz nebulosa: la ayuda, la huída, la caída.
y luego, la repetición.
y enfrentar nuevamente a la mujer invisible metiendo sus agujas en mis piernas, con el recuerdo de haber vencido una vez, pero sin entender por qué tengo que escapar de ella de nuevo. ¿puedo repetir esta victoria? ¿estará la ayuda esperándome al otro lado del infierno?
no quiero volver a despertar con el sudor helado corriendo por mi espalda
quiero saber si puedo contar en alguien más
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