Estoy tan contenta de irme, aunque sea por unos días.
Desde que tengo el blog, tengo la disputa eterna de escribir cuando siento que lo que escribo no es importante, o no suena bien, o no es algo que valga la pena escribir. Al final, casi siempre lo hago.
Iba caminando por la vereda junto a la carretera, escuchando Soko y tratando de no caerme con esos zapatos de plataforma que me gustan tanto pero que no son muy caminables, cuando al frente mío veo una pareja. Ninguno especialmente llamativo, pero "la gente siempre se ve mejor al sol", canturreo mientras me fijo en las alas blancas estampadas en la espalda de la polera negra del tipo. Hay pequeñas escrituras en los bordes. Me imaginé que el polerón deslavado se debió ver así en algún momento, porque las alas eran iguales, y me dio risa y me dio pena, cosa que ya no es rara a estas alturas. Aun así, caminé rápido para no perderle el paso y seguir mirando un par de minutos las alitas blancas que esta persona tenía en la espalda, como si persiguiese un fantasma.
Y así, "probablemente no es un buen día para decir lo que tengo en mente". Escribí un mail hoy día, y a penas lo envié, quise no haberlo hecho. Pensé tantas hueás. Que tenía muchas ganas de ver a esa persona, que quizás debería volver a pintarme solo las uñas de uno de mis pies, que desde hace mucho que descubrí que tengo el corazón dividido y que quizás qué hubiera pasado si lo hubiese aceptado antes.
"No es un buen día para decir lo que tengo en mente" ¿Por qué lo hago, entonces? Porque en la mazamorra que tengo por corazón, todavía amo, y amo mucho, aunque por distintos motivos ya no pueda mostrarlo, a ninguna de las personas que tengo metidas acá.
Yo solo quiero tocar su cara. No sé lidiar con el desamor.
Una palabra: Soko.
ResponderEliminarla mismísima (:
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