jueves, 12 de noviembre de 2020

 como una flor cortada del camino
mortuioriamente decorando la sala

tiroteo

 me he encontrado a mi misma
longing for a conversation
el momento al despertar puede ser el más solitario
cuando se duerme con alguien más
el alba me llama siempre con demasiada fuerza
arrastrandose, se lleva siempre tanto de mi vida
pierdo mucho en este silencio
sin el yugo terrible del sol me-dio-di-e-ro 

-

soñé que, fusionados mis conocidos de los últimos quince años
nos pillaba a la salida de una función
afuera de un teatro y junto a una plaza
de un pueblo costero, pequeño y remilgado
un tiroteo, igual al de noticiero gringo
y yo, como no soy nada ignorante
en cosas de noticiero
me tiré al suelo, me cubrí la cabeza
y avancé punta y codo hasta un lugar seguro

cuando me hube reunido con la condensación
de dos de mis mejores amigas
con sus rostros cambiantes 
shifting constantemente de un rasgo a otro
caminamos a paso álgido
veloces
tratando de encontrar mi auto
en vano, por supuesto
esa tarea ya es dificil incluso cuando
el pueblo del sueño no está cambiando a cada vuelta de la esquina

vi desfilar en nuestra busqueda
decenas de caras
condensadas y claras
saludé a un par, tomé mi celular
y fraguando planes, tuve que partir caminos
me dirijí hacia un parque cercano
interrumpido por un sitio de construcción
sosteniendo fuerte las llaves de mi auto
con su larga etiqueta roja
entré a un sitio iluminado
por las luces de la noche y la cal dispersa por el suelo
sobre un montículo pequeño
rodeados de mochilas sucias y bolsas de colores metálicos
me esperaban mis amigos
como fotos del pasado
pelos cortos y rostros lozanos

uno de ellos me sonríe
cara cubierta de cal 
mano en un encendedor y cigarro
y me invita a sentarme
como si fuese la ocasión
como si pudiesemos tener una fiesta
siempre, a medianoche
después de cada tiroteo

 







jueves, 5 de noviembre de 2020

 tarde, ni siquiera me pude levantar
a quitar los hilos y agujas de la cama
mientras él movía las cosas
quise que dejara una sola
y se quedase incrustada en mi al dormir 

miércoles, 4 de noviembre de 2020

You said you reap just what you sow

So tell me where does your garden grow

cuadernillo

ayer, cuando estaba por quedarme dormida, volví a levantarme en busqueda de mi libreta gris. pensé que tenía cosas que decir, palabras que escribir. cuando me recosté nuevamente, las palabras se habían disuelto. un desasosiego adormilado me pesaba en los párpados, una inquietud demasiado escondida en la monotonía y el pseudo encierro. hoy, es de esas muchas mañanas en que despierto pensando ¿qué quería decir? a veces hago tanto sentido, y tanto rato más ni siquiera entiendo lo que me sale de la boca. 

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varios días, semanas atrás, soñé que tenía una novia. tenía los ojos grandes y dientes como alfileres, y sus extremidades se unían a su cuerpo en bolitas de madera, como articulaciones de un juguete, conjunciones de muñeca. me llevaba a través de habitaciones llenas de gente, hablando sin cesar sobre tanto y cuanto tema irrepetible. me vi a mi misma silente y atenta, observandola a ella deslizarse vivaz y frágil al mismo tiempo. cuando desperté, me sentí tener 15 de nuevo, aunque fuese por el medio segundo que tardé en reconocer el sueño cuando se esfuma. quise sujetarlo cerca de mi pecho. 

-

mientras más tiempo pasa, más me siento opacar. menos me ha importado todo, menos me importa cada vez. ser feliz, estar tranquila sólo dependía de un atardecer tranquilo en el mirador. de un paseo drogado por la costa. disfrutar del buen estado de mis audífonos, de un almuerzo en mi restorant favorito y de un viaje en bus con buena iluminación. quisiera decir que las cosas se han ido complejizando, o quizás incluso simplificando. quisiera decir que evolucionan de cualquier forma, pero mis alegrías solo parecen estar bajo el agua, y me llegan los ecos mullidos, apagados, desde direcciones indistinguibles. quisiera al leerme no verme aparecer como una fatalista, ni regodearme en la anhedonia: quisiera escucharme, quisiera saber seguir los ecos. hace no mucho tiempo dejé de querer morirme, al parecer de manera más o menos definitiva. ahora, lamentablemente, no sé qué hacer con la vida, y me hallo a mi misma sentada, adormecida, y viendola pasar.